viernes, 22 de junio de 2018

Justify: Más grande que el tiempo - Parte 2: Corriendo contra la historia

Luego de la publicación de "El origen de la gloria", el primer capítulo de "Justify; Más grande que el tiempo", mi biografía sobre el reciente triple coronado Justify, hoy les presento la segunda parte de la misma: "Corriendo contra la historia". 

En la primera entrega, recorrimos los primeros 2 años de vida del potrillo, desde su nacimiento en Glennwood Farm y su venta a poco de cumplir los 2 años en las subastas de Keeneland, hasta su arribo a los establos de Bob Baffert en California, donde, tras unas semanas con la división secundaria del entrenador en Los Alamitos, el potrillo había sido enviado al hipódromo de Santa Anita, deslumbrando al legendario compositor con sus primeros vareos.

En este segundo capítulo, cubriremos las primeras tres carreras del alazán, que, tras develar su enorme potencial al mundo en sus primeras salidas a pista, comenzaría su carrera contrarreloj por intentar clasificar al Kentucky Derby, y sobre todo, por intentar convertirse en el primer ganador de la carrera en no haber competido a los 2 años, desde que un potrillo llamado Apollo lo lograra 136 temporadas antes.

¡Espero que lo disfruten!

***

Parte II: Corriendo contra la historia

Menos de un mes después de arribar a los establos de Baffert en Santa Anita, y una semana después de su increíble vareo en esa pista a principios de febrero, el compositor anotaría a Justify en una carrera para potrillos de 2 años perdedores, a correrse el domingo 18 de febrero sobre 1200 metros.

Para ese entonces, las capacidades corredoras del alazán ya empezaban a ser un secreto a voces entre los expertos californianos, y si bien su anotación no recibiría mucha atención en las redes, varios entendidos esperaban la primer carrera del hijo de Scat Daddy con intriga. De hecho, cuando abrieron las apuestas, alrededor de 30 minutos antes de la competencia, los dividendos de Justify enseguida se iban a posicionar cerca de los $1,50 por cada dólar apostado, cotización que se mantendría hasta la largada.

Sólo una cosa restaba por definirse: el equipamiento del potrillo. Pues llegado el momento de enviar a Justify a la pista, cuando Baffert se juntó con el joven jinete Drayden Van Dyke, quién correría al alazán esa tarde, en la redonda de montar, el entrenador llevaba en sus manos una careta, y estaba indeciso sobre si utilizarla o no.

Mientras meditaba, veía pasear a su pupilo, que, con su pelaje rojo brillando como el fuego bajo el sol de febrero, arrastraba a su peón Eduardo "Lalo" Luna, saltando, resoplando, y arrugando su pescuezo en forma arrogante ante sus cuatro rivales de esa tarde. "Voy a aniquilarlos" parecía querer decirles: "Y lo saben".

Baffert sabía que un poco de foco no le vendría mal al inexperiente potrillo en su primer carrera, pero viéndolo así de ansioso en la redonda, también temía que demasiado aislamiento terminara por serle perjudicial: si Justify era mucho más veloz que sus rivales -cosa que el entrenador intuía-, podía llegar correr demasiado rápido para su propio bien, gastando sus energías al inicio de la carrera y quedándose sin restos para el final.

Dado que Van Dyke conocía al alazán tras haberlo montado varias veces en sus vareos matutinos, el entrenador decidiría compartir sus inquietudes con el joven.

"Drayden, ¿qué hago con la careta? Me gustaría ganar, pero eso no es lo más importante hoy. Quiero que el caballo aprenda algo durante la carrera" le preguntaría el entrenador en el cantero principal de la redonda, mientras Luna se esforzaba por mantener sereno a Justify.

Van Dyke, que pocas veces tenía la suerte de montar potrillos de ese calibre en las tardes, debido a su corta experiencia, respondería con sinceridad: "El caballo larga lento, jefe, así que yo le pondría la careta".

Tal vez, de haber sabido todo lo que le iba en esa corta respuesta, el nacido en Louisville, Kentucky, se lo hubiera meditado un poco más.

Justify saliendo a la pista el día de su debut, con la famosa careta en su cabeza. Aún le sobraba un poco de grasa, pero su tamaño ya llamaba la atención.
Ni bien se abrieron los partidores, pudo comprobarse que, al menos en lo que se refería a la largada, el joven estaba en lo cierto: Justify, que partía desde el tercer cajón, largaría en el último lugar de los 5 competidores, quedando un par de cuerpos por detrás del lote.

Sin embargo, tras perder apenas unos pasos con respecto a sus competidores Van Dyke no demoraría mucho en armar al caballo, y una vez que el alazán hubo retomado su equilibrio, pondría primera, segunda, y tercera. En menos de 200 metros, le pasaría por delante a tres caballos por el centro de la pista, y quedaría peleando la delantera, por fuera de un veloz potrillo llamado Show Time Rocket, que también era entrenado por Baffert.

El problema ahora, era que estaba yendo demasiado rápido.

Con su rival presionándole desde adentro y la careta enfocando sus ojos en la infinita faja de arena que tenía por delante, el hijo de Scat Daddy pasaría los primeros 400 metros en 21.80, un tiempo suicida para una pista profunda como la de Santa Anita. Baffert, observando la carrera desde las gradas con su mujer Jill, no podría evitar maldecir a Van Dyke.

"Mierda, lo echó a perder" murmuró el compositor.

"Estamos perdidos" le respondería su esposa.

Por unos pocos segundos más todo se mantendría de igual forma, con Show Time Rocket incluso llegando a tomar la delantera pegado a la baranda interior, y Justify siguiéndolo por fuera. Mientras tanto, el resto del lote, expectante, se ubicaría por detrás de los dos punteros, esperando que se desgataran entre ellos para recoger los pedazos, como generalmente sucede cuando dos potros se trenzan en parciales vertiginosos.

Poco después de entrar en el codo, pasados los primeros 600 metros de carrera, sería Show Time Rocket quien tiraría la toalla primero. El ligero hijo de Into Mischief pagaría cara la osadía de querer competir contra el gigante rojo, y, mientras Justify continuaba pidiéndole rienda a Van Dyke, el zaino se iba a fundir como un Escarabajo que intenta picar contra una Dodge. En cuestión de segundos, desaparecería de la vista, y cuando entraran en la recta, le faltaría poco para estar trotando.

Pero si bien el primer rival de Justify había sido quebrado, todavía quedaban tres más. Y el problema era que, mientras uno de ellos asomaba con fuerza por afuera, el cronometro marcaría que el hijo de Scat Daddy había cruzado los primeros 800 metros de la carrera en 44:37. No bastaba ser un experto para darse cuenta que aquello se estaba por poner difícil.

Porque por más que fuera bueno, o incluso más que bueno, la lógica indicaba que el veloz alazán se tenía que parar de golpe, quemado por su propia velocidad. Cuando cruzó el poste de los 400 metros para el disco, había recorrido el primer kilómetro de la competencia en 57 segundos, casi que 3 segundos más rápido que el más veloz de sus entrenamientos, y todavía le quedaba casi un tercio de carrera por completar. Era imposible que pudiera mantener ese ritmo, y Baffert lo sabía.

Parado en las gradas, el entrenador pensaba que no iba a ser la primera vez que uno de sus potrillos más prometedores perdiera en su debut por culpa de la inexperiencia. Ya le había pasado algo similar cuatro años antes con American Pharoah, quién había llegado cuarto en su debut, y también dos temporadas atrás con Arrogate. Maldición, si hasta Secretariat había perdido su primer carrera por culpa de un torpe e inexperiente jinete, ¿por qué no iba a hacerlo este alazán?

Así, mientras Baffert maldecía a Van Dyke y comenzaba a replantearse si debía continuar con el plan que había trazado para llegar con el potrillo al Derby; mientras Van Dyke pensaba en como dejar la pista al terminar la carrera sin que el canoso lo agarrara del pescuezo; y mientras los apostadores tiraban sus boletos insultando a uno, al otro, y hasta a sus propios padres por haberlos llevado un día a las carreras, Justify, que solo pensaba en correr, sentiría a uno de sus rivales ponerse a un cuerpo de distancia. Y así, en un click, despegaría de nuevo, como impulsado por un cohete.

"Wow" diría Baffert, al verlo acelerar de una forma que sólo los grandes caballos pueden hacerlo.

Y "Wow" le respondería su mujer.

En lo que demoró Van Dyke en agarrarse, el hijo de Scat Daddy le sacaría 3 cuerpos a su más cercano perseguidor, y después de entrar en la recta en solitario, se dedicaría a seguir estirando diferencias a voluntad. Cuando llegó al disco, en un tiempo casi que imposible para un debutante de 1:21.86 para los 1400 metros, serían 9 cuerpos y medio los que lo separaran del segundo potrillo. A Show Time Rocket, que se había animado a correrle a la par, le tiraron las llaves del hipódromo y le dijeron "cerrá todo cuando llegues".


Llegando al disco primero en su debut, en una carrera que parecía imposible de ganar 400 metros antes
Ni bien terminada la carrera, las redes empezarían a arder con comentarios y preguntas sobre aquel enorme alazán que Baffert acababa de sacar a la luz. Si bien aquella generación de potros parecía ser de las mejores en un tiempo, el Beyer Speed Figure de 104 que había obtenido Justify por su increíble debut era el más alto de todos los 3 añeros de ese año por 5 puntos. Es más, de todos los caballos norteamericanos en debutar en la última década, solo 3 habían obtenido un número mayor en su primer carrera.

Faltaban sólo 77 días para el Kentucky Derby, y como Baffert no demoraría en admitir que ya estaba con "fiebre de rosas" al declarar que todavía estaban a tiempo de llegar a la carrera, la pregunta en boca de todos era: ¿a dónde enviaría el canoso a Justify para su próxima salida?

Baffert, cuyo plan siempre consistió en volver a correr al potrillo apenas tres semanas después en una condicional sobre la misma pista, necesitaba mantener en secreto su idea, para no asustar potenciales rivales y que la carrera no se confirmara por falta de competidores. Entonces, tras sacarse la foto y responder a todas las preguntas de los periodistas con la frase "Tengo un plan, pero no lo puedo decir", lo primero que haría sería llamar a Elliott Walden, para que el presidente de WinStar -el establo que era dueño mayoritario del potrillo- levantara una cortina de humo y respondiera que el caballo iría a Nuevo México a correr el Sunland Derby, uno de los clásicos preparatorios al Kentucky Derby de menor calibre. Walden obedecería, y por suerte para él y sus socios, para Baffert, y básicamente para todo el mundo hípico, el secreto de la siguiente carrera de Justify se iba a mantener como tal.

De esa forma, en la tarde del 11 de marzo, cuando quedaran poco menos de 2 meses para el Kentucky Derby, Justify saldría por apenas segunda vez en su vida a la pista, nuevamente en Santa Anita, pero esta vez sobre 1600 metros, una distancia más cercana a los 2 kilómetros que, si el destino quería, le aguardaban en el Derby.

Para ese entonces, la opinión ya era casi que unánime en que, más que competir contra sus rivales de turno, el hijo de Scat Daddy se encontraba corriendo una carrera contra el tiempo, para intentar llegar en forma pico a la carrera más difícil del mundo con pocos meses de preparación; y también contra la historia, pues si quería ganar el Kentucky Derby, iba a tener que romper la célebre maldición de Apollo, que en 1882 había sido el único potrillo en obtener el trofeo sin haber competido a los 2 años de edad.

La noche antes de la segunda competencia del alazán, a la que muchos aficionados esperaban como si fuera un clásico de grupo 1, Baffert iba a invitar a cenar al legendario jinete Mike Smith, por lejos el jockey activo más exitoso del país, para darle una breve introducción acerca del potrillo. Un tiempo antes, el entrenador ya había dialogado con el joven Van Dyke, para explicarle que, sin rencor por su error en la primer carrera del potro, lo iba a bajar de Justify para suplantarlo por el experimentado Smith, debido a la alta presión a la que todos los allegados del potrillo iban a verse sometidos.

Durante la cena con Smith, Baffert iba a ser lo más franco posible.

"Mike, nunca te has sentado en un potrillo de 3 años como este" le diría al jinete más ganador de la historia de la Breeders' Cup, cuyas manos se habían enredado en las crines de caballos como el inolvidable Holy Bull, la mítica yegua Zenyatta, o el gran Arrogate. "Hagas lo que hagas, no lo dejes correr en la punta. Enséñale a correr de atrás, pues va precisarlo en el Derby. Y lo más importante: no lo dejes ganar por mucho".

Si Smith se sonrío en forma escéptica al escuchar al entrenador alabar así a un potrillo ganador de una carrera, la duda le iba a durar poco tiempo.

Justify y Mike Smith, la tarde de la segunda carrera del potrillo
La mañana siguiente, el día de la carrera, amanecería lluviosa, lo que iba a levantar algunas dudas con respecto a la forma en que Justify se adaptaría a la pista fangosa. Además de eso, y de que por un arreglo entre WinStar y el China Horse Club Smith se iba a vestir con las sedas rojas y doradas del CHC (las cuales por el arreglo serían utilizadas en 1 de cada 4 carreras empezando por esa), otro cambio con respecto al debut iba a ser que Baffert, que se encontraba en un vuelo rumbo a una subasta en Ocala, había dejado instrucciones de que el potrillo corriera sin careta.

Nuevamente, Justify sería cotizado enorme favorito de la contienda, pagando $1,05 a ganador, lo que significaba que si se apostaban 1.000 dólares a que ganaba la carrera, la ganancia total era de 50 dólares. De hecho, era tan esperada su victoria, que muchos aficionados se habían lamentado que Baffert no lo hubiera anotado en el San Felipe Stakes (Grupo 2), uno de los clásicos preparatorios al Derby más importantes de esa época del año, que se había corrido la tarde anterior sobre esa misma pista.

El motivo de Baffert era evidente, y era que simplemente ya había tenido al favorito para el San Felipe sin necesidad de anotar a Justify. Su nombre era McKinzie, y aunque iba a perder su invicto de 3 carreras al ser distanciado al segundo lugar en aquella carrera, eso no impediría que a los ojos de muchos turfmans continuara siendo considerado como el mejor candidato de Baffert para el Derby, para el cual lideraba la lista de favoritos de muchas casas de apuestas.

Nuevamente, previo a su segunda carrera, Justify se mostraría ansioso, dando pequeños saltos y arrastrando a su peón Eduardo Luna por la redonda. Había crecido un poco en musculatura en las tres semanas que habían transcurrido desde su debut, y su peso ya superaba los 570 kilos.

Sin embargo, pese a la ansiedad demostrada en la previa, cuando se abrieran los partidores, el alazán largaría nuevamente en la última colocación, al igual que en su primera carrera. Mike Smith, que recordaba las instrucciones de Baffert de no llevarlo a la punta, no se pondría nervioso por ese comienzo, y en los primeros metros colocaría al potrillo por fuera, a un par de cuerpos del puntero. Así, todo transcurriría con tranquilidad, al menos durante los primeros 800 metros de la competencia.

Porque cuando ingresaran en el último codo, y mientras Justify corría cómodamente en el tercer lugar, a 2 cuerpos del puntero Calexman, un zaino de nombre Shivermetimbers, que mantenía la segunda ubicación por dentro del alazán, hozaría girar su cabeza y arrimar su hocico bruscamente al pescuezo de Justify, en lo que pareció un intento por morderlo. Fue un movimiento rápido, casi imperceptible, tal vez ni siquiera un acto de violencia. Pero no iba a bastar más que eso.

Pues en menos de lo que se demora en decir "Shivermetimbers, a ver si me alcanzas", Justify cambiaría de mano y, acelerando, le sacaría 5 cuerpos al atrevido zaino. Ya de paso, por matar dos pájaros de un tiro, pasaría por fuera del hasta entonces puntero Calexman, tomando la punta a poco de entrar en la recta con una facilidad pasmosa.

A partir de allí, Smith solo precisaría guiarlo hacia el disco, a donde el hijo de Scat Daddy iba a llegar  de orejas paradas, con una ventaja de 6 cuerpos y medio sobre Shivermetimbers, en el buen tiempo de 1:35.73 para la milla sobre una pista fangosa.


Alejándose de Shivermetimbers en la recta de Santa Anita
Cuando Baffert aterrizara en Ocala, su teléfono estaría lleno de llamadas perdidas y mensajes de conocidos, ex-jockeys, y cronistas hípicos de todo el país. Y todos más o menos le preguntarían lo mismo: ¿a dónde iba a ir aJustify hora?

Para asegurarse de poder correr el Kentucky Derby, el hijo de Scat Daddy debería acumular al menos 30 puntos en las llamadas "carreras clasificatorias": una serie de clásicos de grupo corridos desde setiembre del año anterior hasta abril, un mes antes del Derby. Cuánto más importante el clásico, y cuánto más cercano en el tiempo al primer sábado de mayo, mayor el número de puntos que obtenían los primeros cuatro competidores.

Al sólo haber corrido dos carreras condicionales en su vida, Justify tenía 0 puntos acumulados, lo que hacía imposible que hasta entonces pudiera correr el Kentucky Derby, por más bueno que fuera. Si se analizaban los puntos obtenidos por los demás caballos de su generación hasta entonces, para lograr clasificar entre los 20 competidores, el potrillo debería ganar o llegar segundo en una de las 5 grandes "preparatorias" para la carrera: el Santa Anita Derby, Florida Derby, Wood Memorial Stakes, Bluegrass Stakes, o el Arkansas Derby, los cuales se corrían entre 5 y 3 semanas previo al Kentucky Derby en diferentes pistas a lo largo del país.

El problema radicaba en que Baffert ya tenía bajo su cuidado a McKinzie, su principal candidato al Derby por ese entonces, con el cual hacía ya un tiempo tenía planificado correr en el Santa Anita Derby, que se corría en el "patio de atrás" de los establos de Justify. Para hacer las cosas un poco más complejas, WinStar Farm y el China Horse Club, junto con los grupos Starlight Racing y Head Of Plain Partners, quienes habían adquirido el 15% de Justify a SF Bloodstock mientras el potrillo estuviera en entrenamiento, también tenían a Audible, un pupilo de Todd Pletcher que era considerado el mayor candidato al Derby de la costa este, y qué era el favorito para el Florida Derby.

Todo esto reducía a tres las posibles carreras en dónde Justify podía correr a continuación: el Wood Memorial, el Bluegrass Stakes, y el Arkansas Derby. Las primeras dos, corridas en Nueva York y Kentucky respectivamente, eran rara vez utilizadas por Baffert. La tercera, sin embargo, ya había sido ganada por sus pupilos 2 veces en la última década, y se corría era uno de los hipódromos preferidos del entrenador, en donde había ganado 13 carreras preparatorias. De hecho, apenas 3 años antes, había enviado a un tal American Pharoah a esa misma carrera, tras dejar a otro de sus favoritos para el Kentucky Derby de ese año, Dortmund, en Santa Anita, y todos recordaban cómo había terminado esa historia.

Poco tiempo después de la segunda carrera de Justify, Baffert despejaría las dudas, confirmado que el alazán viajaría a Arkansas un mes después, para competir en el Arkansas Derby el 14 de abril, tres semanas antes de la carrera de las rosas.

"Ha llegado un poco tarde a la fiesta, pero el talento está ahí" diría públicamente el entrenador. "Todavía tiene que viajar a Arkansas y adaptarse al hipódromo, por lo que nos quedan muchos retos por delante. Si corre bien iremos al Derby, y si no, esperaremos al Preakness. Iremos una carrera a la vez."

Mike Smith, quien luego de su primera vez sobre el potrillo había despertado controversias al compararlo con el sensacional Easy Goer, uno de los mejores caballos de los últimos 40 años en Nortéamerica, iba a mantener la monta sobre Justify.

"Odio compararlo con otros caballos en este momento, pero, ¿no les recuerda a Easy Goer en sus días? Un gran caballo alazán, con una enorme y poderosa brazada" había dicho el legendario jinete al bajarse de Justify luego de su primera vez sobre su lomo.

Confirmado el plan de ruta, Baffert se pondría más serio en sus exigencias matutinas para el potrillo, buscando compensar la falta del famoso "fondo", ese que según los expertos causaba que fuera tan difícil los pura sangres que no competían a los 2 años ganar el Kentucky Derby.

Así, en las 2 semanas siguientes a su segunda carrera en Santa Anita, Justify realizaría 2 pasadas matutinas sobre esa misma pista: primero, el 20 de marzo, pasaría 800 metros en 46.40, el trabajo más rápido de 105 sobre esa distancia; y 6 días después, recorrería 1 kilómetro en 59.60, el segundo de 118 esa mañana.

Justify, con el jinete Martín García en sus lomos, trabajando 1000 metros en compañía de otro potrillo, el 20 de marzo
Todo parecía indicar que el potrillo estaba poniéndose cada vez más en forma, y Baffert estaba confiado en obtener los puntos necesarios en Arkansas. Si algo le preocupaba, era la forma en que el  inexperiente animal se tomaría el traslado en avión hasta una pista desconocida. Pero sabiendo que además de McKinze, en el Santa Anita Derby también estaría el rival de éste, Bolt D'Oro, un ganador de grupo 1 que lo había vencido por distanciamiento luego de un gran cabeza a cabeza, el canoso creía que lo mejor era no arriesgar, y separar sus "huevos" en diferentes canastas.

Sin embargo, a fines de marzo, mientras Baffert se encontraba preparándose para salir a cenar con su esposa en Dubai -donde algunos de sus caballos competirían en el carnaval internacional el último sábado del mes-, el entrenador iba a recibir un llamado que cambiaría las cosas. Era media mañana en la costa oeste, y del otro lado del auricular estaba su principal asistente, Jimmy Barnes, quien se había quedado en Santa Anita cuidando a sus otros caballos, incluidos Justify y McKinzie.

"Bob, es McKinzie. No se ve bien" serían las palabras de Barnes. Esa mañana, al ser sacado para ir a la pista a por un trote, el potrillo había mostrado signos de lesión en una de sus patas traseras. Y si bien los rayos X no habían mostrado ninguna lesión ósea, y aún faltaban hacerse los estudios nucleares, a falta de sólo 9 días para el Santa Anita Derby, no hacía falta decirlo: el potro no sólo iba a perderse esa carrera, sino que todo indicaba que tampoco llegaría en forma para el Kentucky Derby.

Baffert estaba devastado. McKinzie era una de sus cartas para el Derby, de hecho la mejor de ellas si se tenía en cuenta que Justify aún no había clasificado para la carrera. Además, el entrenador, junto con los propietarios del potrillo Mike Pegram, Karl Watson y Paul Weitman, habían elegido el nombre del zaino en honor al recientemente fallecido Brad McKinzie, un íntimo amigo de los 4, pero sobre todo de Baffert, con quien había asistido a la Universidad de Arizona. Ése había sido su caballo para la Triple Corona desde antes que empezara el año, y ahora todo se acababa de ir por la borda.

Cuando Jill, la mujer de Baffert vio la cara de su marido en el hotel de Dubai, supo enseguida que algo andaba mal. Y cuando el canoso le contara las malas noticias, su esposa respondería con una frase que reflejaba lo que pasaba por la mente de todos en el establo por ese entonces: "Bueno, entonces esperemos que Justify sea lo suficientemente bueno".

Ajeno a la tristeza del establo, el alazán continuaba entrenando en gran forma para el Arkansas Derby, que se iba a correr una semana después del Santa Anita Derby. Sin embargo, ante lo sucedido con McKinzie, Baffert alteraría el plan de ruta.

Sin el zaino en el Santa Anita Derby, no tenía ningún sentido subir a Justify a un avión y llevarlo a una pista desconocida, donde tantas cosas podían salir mal. Santa Anita era la casa del potrillo, donde entrenaba a diario y donde había corrido sus primeras dos carreras, y el entrenador estaba convencido de que, aunque la carrera era una semana antes que la de Arkansas, el alazán estaba pronto. Sabiendo que los propietarios del animal se encontraban realizando sus reservas de vuelos y hotel para Arkansas, Baffert iba a contactar a Walden por el celular.

"Elliott, dile al resto de los propietarios que cancelen sus hoteles en Arkansas. Nadie sabe esto aún, pero McKinzie esta lesionado. Nos quedamos en Santa Anita." diría el entrenador.

La carrera contra el tiempo había entrado a la recta final.

Bolt D'Oro (izquierda) y McKinzie (derecha) en el San Felipe Stakes
Además de Justify, seis otros potrillos de 3 años iban a ser anotados para correr el Derby de Santa Anita, la última preparatoria de California para el Kentucky Derby, y una de las más prestigiosas e históricas del país. De los seis, apenas dos, Bolt D'Oro e Instilled Regard, eran ganadores clásicos, y de ellos, sólo Bolt D'Oro había ganado un clásico de grupo 1.

El hijo de Medaglia D'Oro era considerado por muchos como el mejor potrillo de la generación. A los 2 años, cuando Justify aún no había llegado a los establos de Baffert en Los Alamitos, ya había ganado dos clásicos de grupo 1 en California, para luego sufrir una terrible conducción y llegar tercero en la Breeders' Cup Juvenile, una derrota que le iba a impedir coronarse como el Mejor Potrillo de 2 Años de la temporada.

Tras un breve descanso a fin de año, había vuelto a competir un mes antes del Santa Anita Derby, donde, tras perder un emocionante cabeza a cabeza con McKinzie en el San Felipe Stakes, había sido beneficiado por el distanciamiento del pupilo de Baffert y ubicado en la primera ubicación.

Cuando salió a la pista la tarde del Derby de Santa Anita, llevaba 4 victorias en 5 carreras, 3 de ellas en clásicos de grupo contra los mejores caballos del país. Sin embargo, el favoritismo del público iría para el retador, que en sus únicas dos carreras, había demostrado tener el talento para convertirse en uno de esos caballos que se recuerdan por décadas.

Ni bien se abrieron los partidores, Justify, que por primera vez en su corta carrera largaría bien, picaría en punta por el centro de la pista, seguido de cerca por Bolt D'Oro, que se ubicaría segundo sobre la baranda interior, a un cuerpo del alazán. Los primeros 400 metros pasarían en un tiempo de :23.96 segundos, un parcial inicial cómodo, sobre todo en comparación a las dos carreras previas del hijo de Scat Daddy, y los primeros 800 en :47.85.

Para ese entonces, Bolt D'Oro, que al inicio de la carrera se encontraba a 1 cuerpo de distancia de su rival, había ido perdiendo terreno, y en el opuesto serían 3 cuerpos los que lo separaban de Justify, que se movía cómodo en la punta.

Cuando ingresaron al segundo codo, a falta de 800 metros para el disco, Mike Smith le daría un respiro a su conducido, y Bolt D'Oro, al mando del resto del lote, se aproximaría a apenas 1 cuerpo y medio de distancia. En ese momento, al ver al hijo de Medaglia D'Oro aproximarse al alazán con impulso, todos pensaron que se venía el tan esperado duelo de titanes.

"¡El talento prodigioso se encuentra con la calidad establecida!" exclamaría el relator oficial del hipódromo, Michael Wrona, haciendo referencia a los dos potros, que parecían a punto de trenzarse.

Sin embargo, no tendría que pasar mucho tiempo para que se volviera evidente que, luego de llegar a 1 cuerpo y medio de Justify, Bolt D' Oro se había dado contra una pared invisible. Por más que su jinete Javier Castellano lo impulsara con los brazos, el zaino parecía no poder acercarse al hijo de Scat Daddy, que, aún contenido por Mike Smith, pasaría los 1200 metros en 1:12.61. Y cuando entraran en la recta, uno seguido del otro, ya iba a ser evidente que la carrera estaba liquidada.

Castellano, quien ya había sacado la fusta sobre Bolt D'Oro, haría un intento por meterse entre Justify y la baranda, buscando un golpe de sorpresa que pudiera dar vuelta las tablas. Pero iba a ser inútil, pues Smith tenía tanto caballo, que ni siquiera haría uso de su látigo. Impulsando a Justify con sus brazos, el veterano jinete lo haría despegarse nuevamente de su rival, para llegar al disco con 3 cuerpos de ventaja, en un buen tiempo de 1:49.72 para los 1800 metros.


Mike Smith, con la fusta bajo el brazo, guía a Justify a una contundente victoria sobre Bolt D'Oro en el Santa Anita Derby
La victoria había sido tan fácil, y tan profesional, que costaba creer que ese potrillo estaba corriendo apenas la tercera carrera de su vida, que había debutado hacía menos de 2 meses, y que el pura sangre al cual había aniquilado en la pista era un múltiple ganador de grupo 1 que había estado a punto de ganar el premio a Mejor Potrillo de 2 Años de la temporada anterior.

Por su victoria en la carrera, Justify obtendría un Beyer Speed Figure de 107, tres puntos más alto que el 104 que había obtenido el día de su debut, y que hasta entonces era el superior de toda la generación. El hijo de Scat Daddy competía en una liga contra sí mismo, y parecía siempre salir vencedor.

Javier Castellano, cuyo conducido había corrido una muy buena carrera, sólo para llegar lejos de aquel pichón de monstruo, ya empezaba a darse cuenta de ello.

"Mi caballo corrió perfecto. Hizo todo bien. Pero hoy competimos contra el mejor pura sangre del país, que tuvo una performance increíble" diría el jinete venezolano, que había sabido montar a cracks de la talla de Bernardini o Ghostzapper, dos de los mejores caballos de la década anterior.

"Este caballo es naturalmente bueno, y sólo está aprendiendo a correr. Tiene esa enorme, poderosa zancada, pero también es ligero." agregaría por su parte Baffert.

Pero nadie lo resumiría mejor que Mike Smith, quién, con su clásica sonrisa en el rostro, declararía que, "si este caballo mejora luego de esta carrera, como creemos que debería hacer, da un poco de miedo pensar lo que puede llegar a hacer".

El Kentucky Derby estaba a exactamente 4 semanas, y el caballo estaba justo en el estado en que Baffert había imaginado cuando, tras verlo entrenar por primera vez meses atrás, había trazado su plan maestro. Ahora, solo quedaba rezar por que en esos 28 días nada grave sucediera, y esperar que, si el destino y los dioses del turf así lo querían, el prodigioso Justify pudiera convertirse en apenas el noveno ganador invicto de la carrera de las rosas, y en el primer potrillo en 136 años en romper el mítico maleficio de Apollo.

Sólo el tiempo lo diría...

(Continuará en aproximadamente una semana, con la tercera y última entrega: "Coronación").

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